El río rojo de Avellaneda: alarma y sospechas por la contaminación del arroyo Sarandí

El arroyo Sarandí, en Avellaneda, amaneció teñido de rojo, generando alarma entre los vecinos. La presencia de anilina sugiere vertidos industriales ilegales. La contaminación, un problema crónico, preocupa aún más por su cercanía a la planta potabilizadora. ¿Hasta cuándo seguirán ignorando este desastre ambiental?

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Arroyo Sarandí, sur de la capital de Argentina, teñido de rojo. / Captura

Un fenómeno inquietante ha despertado la preocupación de los habitantes de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires. Este jueves, el agua del arroyo Sarandí amaneció teñida de un intenso color rojo, generando alarma entre vecinos y ambientalistas. Las imágenes del inusual color del curso de agua no tardaron en viralizarse en redes sociales, donde los residentes denunciaron la grave contaminación que afecta al arroyo desde hace años.

Un viejo problema con un nuevo color

La comunidad no se sorprendió del todo: aunque el rojo encendió las alarmas, el Sarandí ya ha mostrado en otras ocasiones tonalidades grises, verdes, azuladas y hasta violetas. «Cuando está podrida el agua, con grasa», describió María Ducomls, vecina de la zona, haciendo eco de un problema recurrente. A esto se suma un fuerte olor nauseabundo, que refuerza las sospechas de que la contaminación es resultado de descargas industriales ilegales.

¿De dónde proviene la contaminación?

El arroyo Sarandí se extiende por más de 20 kilómetros y desemboca en el Río de la Plata. A lo largo de su recorrido, atraviesa zonas urbanas e industriales, lo que ha llevado a los vecinos a sospechar que su estado actual se debe a vertidos de fábricas cercanas. Esta hipótesis cobró aún más fuerza cuando el diario Clarín confirmó la presencia de anilina en el agua, un compuesto químico utilizado en la producción de tinturas. Esto sugiere que una empresa textil o de curtiembre podría haber sido la responsable de esta descarga.

Tras las denuncias, funcionarios del Laboratorio de Ambiente Móvil de Buenos Aires tomaron muestras del agua para analizarlas y determinar el origen del derrame. Mientras tanto, los habitantes de Avellaneda siguen exigiendo respuestas y acciones concretas.

Un riesgo que va más allá del arroyo

La contaminación del Sarandí no solo afecta a los vecinos de la zona, sino que también genera preocupación por su proximidad con la planta potabilizadora General Belgrano. Ubicada a pocos metros del arroyo, esta instalación provee de agua potable a toda la zona sur de la ciudad y del conurbano bonaerense. Si bien el agua que llega a los hogares pasa por procesos de purificación, la cercanía de una fuente contaminante como el Sarandí plantea interrogantes sobre el impacto ambiental y sanitario a largo plazo.

¿Habrá una solución?

Los residentes llevan años exigiendo un plan de saneamiento para el arroyo, pero hasta ahora las soluciones han sido escasas o insuficientes. El reciente episodio del «río rojo» ha vuelto a poner en agenda la urgencia de un control ambiental más riguroso y de sanciones efectivas para las empresas que contaminan.

Mientras las autoridades investigan, el arroyo Sarandí sigue siendo testigo de un problema crónico: el deterioro ambiental en el conurbano bonaerense, donde la convivencia entre la industria y la comunidad sigue estando marcada por la falta de regulación y control. ¿Será esta la gota que colme el vaso para que finalmente se tomen medidas?


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