La ciencia de los hábitos saludables: ¿cuánto tiempo necesitas realmente para formarlos?
Formar un hábito saludable puede llevar desde dos meses hasta casi un año, según un estudio de UniSA. La clave está en la constancia, disfrutar la actividad y planificar. Olvidá el mito de los 21 días y recordá: los cambios llevan tiempo, pero cada esfuerzo cuenta para un bienestar duradero.
Enero llega a su fin, y si todavía estás luchando por mantener tus propósitos de Año Nuevo, no estás solo. Un reciente estudio de la Universidad de Australia del Sur (UniSA) arroja luz sobre lo que realmente implica formar hábitos saludables y revela que el proceso puede tomar mucho más tiempo de lo que se creía, llegando incluso a casi un año.
Desmontando el mito de los 21 días
El Dr. Ben Singh, investigador principal del estudio, afirma que la idea popular de que un hábito se forma en solo tres semanas carece de fundamento científico. Según esta primera revisión sistemática sobre el tema, los nuevos hábitos comienzan a desarrollarse entre los 59 y 66 días en promedio, pero consolidarlos completamente puede tomar hasta 335 días.
“El comienzo del año es un momento típico para fijar metas como ser más activos, reducir el consumo de azúcar o elegir alimentos saludables, pero debemos recordar que formar un hábito es un proceso mucho más largo y complejo”, explica Singh.
Un desafío con grandes recompensas
Los hábitos saludables no son solo una cuestión de bienestar personal; son clave para prevenir enfermedades crónicas que, en países como Australia, representan una carga sanitaria significativa. Condiciones como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y pulmonares, e incluso los accidentes cerebrovasculares, están estrechamente relacionadas con factores de estilo de vida. Cambiar nuestros hábitos puede marcar la diferencia entre prevenir o enfrentar estas enfermedades.
El estudio, que analizó datos de más de 2600 participantes, también identificó factores que influyen en el éxito al establecer nuevos comportamientos saludables:
- Frecuencia: Practicar una actividad con regularidad acelera su consolidación como hábito.
- Momento del día: Incluir el nuevo hábito en la rutina matutina aumenta la probabilidad de éxito.
- Placer: Es más fácil mantener un hábito cuando disfrutas lo que haces.
Planificación: la clave para el éxito
El Dr. Singh enfatiza que planificar es esencial para incorporar nuevos hábitos en el día a día. “Pequeñas acciones, como preparar la ropa de entrenamiento la noche anterior o tener comidas saludables listas, pueden marcar una gran diferencia”, señala.
Aunque se requiere más investigación, estos hallazgos tienen implicaciones significativas para diseñar estrategias de salud pública y programas personalizados que promuevan cambios sostenibles en el comportamiento.
Perseverancia y paciencia
Este estudio deja claro que la formación de hábitos no es un proceso rápido ni lineal. Variaciones individuales, desde apenas cuatro días hasta casi un año, subrayan la importancia de no desanimarse si los resultados no llegan de inmediato.
Si te cuesta mantener tus resoluciones, recuerda que cada esfuerzo cuenta y que los cambios duraderos toman tiempo. No abandones; el bienestar a largo plazo vale la paciencia y el compromiso.