¿El azúcar puede ser bueno para el corazón?
Un estudio de *Frontiers in Public Health* sugiere que consumir azúcar moderadamente podría beneficiar el corazón más que eliminarla. Golosinas sólidas como pasteles y chocolates parecen ser más saludables que las bebidas azucaradas, destacando la importancia del equilibrio, la moderación y las decisiones conscientes para mantener una buena salud cardiovascular.
Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Public Health el pasado 8 de diciembre sugiere que consumir azúcar de manera moderada podría beneficiar la salud cardiovascular más que eliminarla por completo. Además, los resultados indican que el impacto del azúcar en el corazón depende del tipo de alimento que lo contiene.
Azúcar en diferentes presentaciones: resultados inesperados
Según el estudio, las personas que consumían golosinas como pasteles, chocolates o mermeladas presentaron mejores resultados en salud cardíaca que quienes obtenían azúcar de bebidas azucaradas como refrescos o jugos procesados. Este hallazgo subraya la importancia de llevar una dieta equilibrada, coinciden los expertos.
“No es necesario eliminar por completo el azúcar de la dieta”, afirma Kailey Ogilvie, MS, RDN, coordinadora de nutrición clínica en Mount Sinai Health System. “Se trata de moderación, conciencia y equilibrio. Al tomar decisiones conscientes, las personas pueden disfrutar del azúcar ocasionalmente sin comprometer su salud”.
El consumo de azúcar y la salud del corazón
El equipo de investigación, liderado por Suzanne Janzi, estudiante de doctorado de la Universidad de Lund en Suecia, analizó los hábitos alimenticios y de estilo de vida de casi 70.000 personas en Suecia durante más de dos décadas. Los participantes fueron clasificados en seis grupos según el porcentaje de su ingesta diaria de energía proveniente del azúcar, desde menos del 5% hasta más del 20%.
Curiosamente, el grupo con el consumo más bajo de azúcar presentó el mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los mejores resultados se observaron en quienes obtenían alrededor del 7,5% de su energía diaria del azúcar, lo que equivale a cuatro o cinco porciones semanales de golosinas.
Golosos pero moderados
El estudio también reveló diferencias entre las fuentes de azúcar: las bebidas azucaradas estaban asociadas con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, mientras que los dulces sólidos como pasteles y chocolates parecían tener un efecto protector. Esto podría explicarse por la velocidad de absorción. Los azúcares líquidos se absorben rápidamente, causando picos de glucosa, mientras que los azúcares de alimentos sólidos se liberan más gradualmente gracias a la presencia de fibra, grasas y proteínas.
Azúcar, interacciones sociales y tradiciones
Otro factor relevante podría ser el contexto cultural. En Suecia, por ejemplo, la tradición de la “fika” —reuniones sociales donde se disfrutan café y pasteles— podría fortalecer los vínculos sociales, lo que también contribuye a una mejor salud cardiovascular.
Recomendaciones para un consumo responsable
A pesar de estos hallazgos, los expertos advierten que la mayoría de las personas consume más azúcar de la recomendada. En Estados Unidos, el promedio es de 71 gramos diarios, más del doble del rango óptimo identificado en el estudio (25-37,5 gramos diarios para una dieta de 2.000 calorías).
Maya Vadiveloo, PhD, presidenta del Comité de Nutrición y Estilo de Vida de la Asociación Estadounidense del Corazón, sugiere combinar el consumo moderado de azúcar con una dieta saludable y ejercicio. “Pequeñas porciones de un capricho pueden disfrutarse en sociedad, mientras se limita el azúcar en otros momentos”, afirma.
Un equilibrio dulce para un corazón sano
Este estudio no aboga por un consumo desenfrenado de azúcar, sino por encontrar un balance que permita disfrutar de pequeños placeres sin comprometer la salud. En definitiva, no es el azúcar en sí mismo el enemigo, sino el exceso y el tipo de fuente de donde proviene.