El Gigante de Hielo A23a se Acerca a las Islas Georgias del Sur
El iceberg A23a, el más grande y antiguo del mundo, se aproxima a las Islas Georgias del Sur, con un tamaño de 4.000 km² y un espesor de 400 metros. Las autoridades argentinas recomiendan precaución en la zona, mientras se realiza un seguimiento exhaustivo de su desplazamiento.
El iceberg A23a, el más grande y antiguo del mundo, continúa su viaje por las aguas del Atlántico sur, acercándose peligrosamente a las islas Georgias del Sur, ubicadas a unos 1.300 kilómetros al sudeste de las islas Malvinas. Este gigantesco bloque de hielo ha sido detectado por imágenes satelitales de radar de apertura sintética (SAR), las cuales muestran que el iceberg se encuentra a aproximadamente 250 millas náuticas de la costa sur del archipiélago.
El monitoreo del iceberg es llevado a cabo por la Prefectura Naval Argentina (PNA), en colaboración con la División de Sistemas de Información Geográfica de la Dirección de Informática y Comunicaciones. Ante el avance de A23a, las autoridades argentinas han recomendado a las embarcaciones navegar con cautela en la zona para minimizar los riesgos asociados a la proximidad de este bloque de hielo masivo.
A23a, que ha permanecido atrapado en un vórtice oceánico durante gran parte de 2024, reanudó su desplazamiento hacia el norte del continente antártico después de quedar varado en el mar de Weddell. Este iceberg, que se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en 1986, ha recorrido un largo camino en los últimos años, avanzando lentamente hacia el norte. En 2020, comenzó a desplazarse en dirección a las aguas más cálidas, lo que preocupó a las autoridades de navegación y científicos de todo el mundo.
Con una superficie de alrededor de 4.000 kilómetros cuadrados —equivalente a cuatro veces el tamaño de la ciudad de Nueva York— y un espesor de unos 400 metros, el A23a posee una masa estimada de un billón de toneladas. Su tamaño y peso descomunales lo convierten en un verdadero desafío para la navegación y la investigación científica, ya que su impacto en el ecosistema marino y los patrones de corriente podría tener efectos a largo plazo.
Aunque A23a ha sido una constante preocupación para los expertos, el monitoreo constante por parte de instituciones como el British Antarctic Survey (BAS) y las autoridades argentinas sigue siendo crucial para prevenir accidentes. De acuerdo con los expertos, la zona que ocupa este iceberg se está convirtiendo en una zona de alto riesgo para la navegación, por lo que las autoridades subrayan la importancia de la precaución al navegar cerca de esta masa de hielo.
El seguimiento del A23a no solo representa un desafío logístico y de seguridad, sino también una oportunidad para los científicos de estudiar los cambios en las corrientes oceánicas y el comportamiento de los icebergs en un contexto de cambio climático. La persistencia de este iceberg durante tanto tiempo subraya la magnitud de los procesos naturales que se desarrollan en la Antártida, que siguen siendo un foco de investigación y análisis en busca de comprender mejor los impactos del calentamiento global.
Seguridad de la navegación Prefectura monitorea el recorrido de un iceberg que flota cerca … https://t.co/RFLjaL6dHE
— Escudata (@escudata) December 19, 2024