Políticas otomanas sobre antigüedades entre 1869 y 1914

El Imperio Otomano (1299-1922) fue una potencia global que controló partes de Europa, Asia y África, alcanzando su apogeo en los siglos XVI-XVII. Se distinguió por sus políticas multiculturales y su vasta influencia en el comercio, la religión y la política, antes de colapsar tras la Primera Guerra Mundial.

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Las políticas otomanas sobre antigüedades entre 1869 y 1914 fueron clave en la gestión y preservación del patrimonio cultural del vasto Imperio Otomano, que abarcaba áreas ricas en sitios arqueológicos, especialmente en regiones como Mesopotamia, Anatolia, Egipto y el Levante. Estas políticas surgieron en el contexto del creciente interés europeo por la arqueología, y el Imperio buscó balancear la protección de su herencia cultural con la presión externa de potencias coloniales que buscaban obtener piezas de antigüedades.

El desafío del Imperio Otomano en defender su Patrimonio Cultural

Uno de los momentos más significativos fue la promulgación de la Ley de Antigüedades de 1869, que regulaba la excavación y exportación de artefactos arqueológicos dentro del imperio. Esta ley reflejaba la necesidad de controlar el saqueo de sitios arqueológicos, una práctica común por parte de exploradores y arqueólogos europeos, quienes frecuentemente trasladaban piezas importantes a museos de Europa. En respuesta a la creciente demanda y saqueo de antigüedades, el Imperio Otomano intentó centralizar el control sobre las excavaciones y las antigüedades, asegurando que al menos una parte de los hallazgos permaneciera en el país.

En 1884, una nueva versión de esta ley fue introducida bajo el ministro de educación y el famoso arqueólogo otomano Osman Hamdi Bey, quien jugó un papel crucial en la protección del patrimonio cultural otomano. Esta versión fortaleció aún más las restricciones sobre la exportación de antigüedades, impidiendo que fueran sacadas del país sin permiso del gobierno. Además, estableció el Museo Imperial Otomano en Estambul, que funcionó como el depósito principal de las antigüedades recuperadas.

Definiciones modernas

Entre 1869 y 1914, los esfuerzos del Imperio Otomano para controlar y proteger sus sitios arqueológicos fueron una lucha constante frente a la creciente influencia extranjera y el poder de los arqueólogos europeos, quienes a menudo contaban con apoyo de sus propios gobiernos. Esta época fue esencial para definir cómo los estados modernos gestionan sus patrimonios arqueológicos y culturales en contextos de colonialismo y presión internacional.

Este período de políticas otomanas refleja un temprano esfuerzo por profesionalizar y centralizar la arqueología en el mundo islámico, buscando equilibrar el interés por la preservación con los desafíos geopolíticos que enfrentaba el imperio.


Abordaje académico

Hoy, 9 de octubre de 2024, se estará llevando a cabo una conferencia en la Universidad de Boston titulada «Políticas otomanas sobre antigüedades entre 1869 y 1914«, enfocada en cómo el Imperio Otomano gestionó su patrimonio arqueológico, un tema relevante para la arqueología y la historia de la región​.

El enfoque de la conferencia «Políticas otomanas sobre antigüedades entre 1869 y 1914» en la Universidad de Boston apunta a varios objetivos clave dentro de los estudios históricos y arqueológicos:

  1. Comprender la legislación y su impacto en la preservación del patrimonio: Durante el Imperio Otomano, se promulgaron leyes para proteger antigüedades ante la creciente demanda europea de artefactos arqueológicos. La conferencia probablemente busca examinar cómo estas políticas ayudaron (o fallaron) en preservar sitios arqueológicos y colecciones culturales dentro del imperio, lo que incluye leyes clave como la de 1869 y las reformas de Osman Hamdi Bey en 1884.
  2. Explorar las dinámicas coloniales e internacionales: Se espera que la conferencia profundice en las tensiones entre el Imperio Otomano y las potencias coloniales de Europa, que competían por excavar y exportar antigüedades. Este enfoque permitirá entender cómo el imperio navegó la presión internacional para proteger su patrimonio frente a la explotación extranjera.
  3. Revaluar el rol de actores locales e internacionales: Un objetivo más amplio es analizar el papel de arqueólogos otomanos, como Osman Hamdi Bey, y sus esfuerzos por modernizar y profesionalizar la arqueología en el imperio. Además, se podría investigar cómo las potencias extranjeras, como Francia, Inglaterra y Alemania, influyeron en las excavaciones y el control de las antigüedades otomanas.
  4. Impacto en el pensamiento contemporáneo sobre preservación del patrimonio: Los temas tratados en la conferencia podrían iluminar cómo las políticas del Imperio Otomano sobre antigüedades han influido en las prácticas actuales de preservación cultural en el Medio Oriente y otras regiones postcoloniales, donde la tensión entre la conservación local y las demandas extranjeras sigue siendo relevante.

De la Gloria a la decadencia

El Imperio Otomano existió entre 1299 y 1922, abarcando más de seis siglos. Su apogeo se dio en los siglos XVI y XVII, cuando se convirtió en una de las potencias más grandes y dominantes del mundo.

Extensiones del Imperio:

  • Asia: Controlaba gran parte del Medio Oriente, incluidas las regiones que actualmente corresponden a Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Jordania, Irak y partes de Arabia Saudita.
  • África: Dominaba gran parte del norte de África, desde Egipto, Libia, Túnez, hasta Argelia.
  • Europa: El imperio se extendió a los Balcanes y el sudeste de Europa, controlando territorios que incluyen la moderna Grecia, Bulgaria, Macedonia del Norte, Serbia, Albania, Bosnia y Herzegovina, Croacia, y partes de Rumanía y Hungría. Además, tuvo influencia en el mar Negro y partes de Crimea.
  • Europa oriental y Asia Menor: Incluyó áreas de la región del Cáucaso, como Armenia, Georgia y parte de lo que hoy es Azerbaiyán.

Expansión y Declive:

  • En su máxima extensión, el Imperio Otomano controlaba alrededor de 5.2 millones de kilómetros cuadrados en los siglos XVI y XVII, bajo el reinado de sultanes como Suleimán el Magnífico (1520-1566).
  • El imperio comenzó a perder poder en el siglo XVIII debido a una serie de derrotas militares y la creciente presión de potencias europeas, lo que llevó a su declive progresivo durante el siglo XIX, conocido como «el enfermo de Europa».
  • Finalmente, tras las derrotas en la Primera Guerra Mundial y la ocupación aliada, el imperio colapsó formalmente en 1922, lo que condujo al establecimiento de la República de Turquía bajo el liderazgo de Mustafa Kemal Atatürk.

El Imperio Otomano dejó un legado cultural y político significativo, influyendo en las regiones que gobernó durante siglos y en el equilibrio geopolítico del mundo.

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