Oda al Otoño

El otoño llega como un susurro fresco, tiñendo las calles de dorado y melancolía. Es pausa, nostalgia bien llevada, tardes que se acortan y el placer de un café caliente. Una estación que nos recuerda que todo cambia, pero con la elegancia de quien sabe que volverá a renacer. 🍂✨

otoño

Llegó el otoño otra vez, o al menos eso dice el calendario, porque el clima todavía duda, como si no supiera si despedirse del verano o seguir aferrado a su calor pegajoso. Pero ahí está, filtrándose de a poco, como un murmullo en el viento, como esa sensación de que algo cambia aunque no lo veas del todo.

El aire se vuelve distinto, con ese filo fresco que te avisa que es hora de buscar camperas olvidadas. Las hojas empiezan a renunciar a sus ramas, se sueltan sin apuro y alfombran las veredas con tonos dorados y rojizos, como si la ciudad se vistiera de gala para despedirse del sol. Caminar se convierte en un placer: el crujido de las hojas bajo los pies, el viento que despeina y un aroma en el aire que huele a despedida… y a café caliente.

El otoño es pausa. Es ese respiro después del desenfreno del verano. Es el momento en que las tardes se acortan y las noches empiezan a recuperar terreno, donde el cielo se enciende con atardeceres que parecen incendios y el frío se cuela de a poco, primero en la sombra, después en los huesos.

Pero no es tristeza, no. Es nostalgia bien llevada. Es esa melancolía cómoda, como un sweater viejo y gastado que sigue siendo el mejor abrigo. Es el momento de volver a los libros, a las películas bajo la frazada, a la lluvia contra la ventana y al olor a tierra mojada que te recuerda que todo sigue su curso.

Y sí, también trae sus caprichos: la bipolaridad climática de las mañanas frías y las tardes en las que te arrepentís de haberte puesto tanta ropa. La humedad que te hace sentir como un pan guardado en una bolsa. Esa sensación de que todo se está apagando, pero de la forma más poética posible.

El otoño es el principio de algo y el final de otra cosa. Es la estación de los que disfrutan mirar por la ventana, de los que encuentran belleza en lo efímero, de los que saben que, aunque todo parezca apagarse, en realidad solo está tomando impulso para volver a empezar.

Salud, otoño, con tu brisa fresca y tu melancolía elegante. Que nunca nos faltes, aunque a veces te confundamos con un simple intermedio.

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