El regreso de los botones: una tendencia tecnológica que redefine la comodidad y la seguridad
El regreso de los botones físicos en dispositivos tecnológicos, como teléfonos, automóviles y electrodomésticos, responde a la necesidad de mayor comodidad y seguridad. Tras la hegemonía de las pantallas táctiles, las empresas redescubren la funcionalidad de los botones, mejorando la experiencia de los usuarios en situaciones clave.

En los últimos años, el diseño de dispositivos tecnológicos había estado dominado por las pantallas táctiles, relegando a los botones físicos a un segundo plano. Sin embargo, esta tendencia está cambiando. A finales de septiembre, The Wall Street Journal informó sobre un fenómeno que parece estar ganando terreno: la reintroducción de botones físicos en teléfonos inteligentes, electrodomésticos y vehículos. Según el diario, «la tiranía de las pantallas táctiles podría estar llegando a su fin».
El artículo cita el reciente lanzamiento del iPhone 16 como un ejemplo destacado. Apple ha incorporado un nuevo botón de acción, continuando con la implementación que ya había hecho en sus modelos Apple Watch Ultra y iPhone Pro en los últimos dos años. Además, añadió un control de cámara en forma de botón físico en el lateral del dispositivo, reafirmando su apuesta por la funcionalidad tradicional.
El Renacimiento del Botón
Pero no es solo Apple. El renacer de los botones físicos se extiende también a los vehículos. Los controles táctiles de los coches eléctricos de Tesla, que alguna vez marcaron la vanguardia del diseño tecnológico, empiezan a parecer «anticuados» en comparación con los botones e interruptores que están reapareciendo en modelos de marcas como Kia, Mini BMW y Volkswagen. Esta transformación responde a una necesidad concreta: la seguridad. Los conductores se distraen menos con botones físicos, lo que contribuye a mejorar su experiencia de manejo y reducir los riesgos en la carretera.
Más allá de los teléfonos y automóviles, el auge de los botones físicos también ha llegado a otros dispositivos cotidianos, como electrodomésticos, libros electrónicos y videoconsolas. Sam Calisch, director ejecutivo de la startup Copper, que fabrica cocinas de inducción, apunta que «ahora que las pantallas táctiles son la opción más barata, se están implantando en todas partes, incluso en lugares donde no deben estar». Y no le falta razón. En cocinas y hornos eléctricos, los controles táctiles han mostrado algunas desventajas, como en las placas de inducción que dejan de funcionar correctamente cuando una olla hierve en exceso.
Una cuestión de seguridad
El redescubrimiento de los botones físicos no se trata solo de una cuestión estética o de nostalgia, sino de un replanteamiento en términos de comodidad, funcionalidad y seguridad. Las empresas tecnológicas están comenzando a comprender que, aunque las pantallas táctiles ofrecían una apariencia moderna, su implementación en todas partes no siempre es lo más adecuado. En muchos casos, los botones ofrecen una experiencia más precisa y práctica, volviendo a demostrar que lo «tradicional» no siempre es lo contrario de lo innovador.
Este retorno de los botones parece estar abriendo una nueva etapa en el diseño de dispositivos, una en la que la funcionalidad y la comodidad se anteponen a las modas pasajeras, señalando el fin de la hegemonía de las pantallas táctiles como el único camino hacia el futuro.