¿Podemos revertir el envejecimiento? Un estudio sugiere que sí… al menos biológicamente

En tiempos en que las búsquedas en Google sobre «cómo vivir más y mejor» baten récords, un estudio reciente pone sobre la mesa una propuesta concreta y respaldada por evidencia: una combinación de suplementos nutracéuticos, caminatas cortas y atención plena podría reducir la edad biológica. No es ciencia ficción: es biotecnología aplicada.

El experimento fue realizado durante un año por un equipo que estudió los efectos del sistema de suplementos Cel System, desarrollado por SRW Laboratories, sobre varios aspectos del envejecimiento humano. Participaron 51 personas, a quienes se les pidió algo bastante razonable: caminar 10 minutos al día y practicar mindfulness durante 5. A cambio, se les realizó un seguimiento integral en distintos niveles: físico, celular, genético y epigenético.

¿Qué se midió exactamente?

Los investigadores no se quedaron en lo superficial. Evaluaron desde la fuerza muscular y la composición corporal, hasta la metilación del ADN, un proceso que regula la expresión genética y que se considera clave en la medición de la edad biológica. También analizaron cambios en biomarcadores epigenéticos, células inmunes y procesos metabólicos de alto impacto en la salud.

El hallazgo más sorprendente: una disminución en la edad biológica medida a través del llamado reloj epigenético, una herramienta que estima cuántos años tiene realmente tu cuerpo a nivel celular, sin importar la edad que indique tu DNI. Y no solo eso: hubo reducciones notables en la tasa de división de células madre, lo que sugiere una ralentización de procesos asociados al desgaste celular.

El cuerpo responde: músculos, grasa y células inmunes

A nivel físico, el grupo mostró mejoras en fuerza muscular y función corporal. También se observaron cambios en la composición corporal favorables al envejecimiento saludable.

En el plano inmunológico, el estudio reveló aumentos en eosinófilos y células CD8T, ambos actores clave en la defensa del cuerpo, mientras que células como las B de memoria y las T reguladoras, que pueden estar asociadas con procesos inflamatorios crónicos, disminuyeron.

¿Y a nivel molecular? Bienvenidos a la epigenética

Uno de los aspectos más fascinantes del estudio fue el análisis de metilación de sitios CpG —regiones del ADN que funcionan como interruptores genéticos. Se detectaron cambios significativos en genes involucrados en procesos tan complejos como:

• Senescencia celular por estrés oxidativo
• Producción de colágeno
• Carga de neurotransmisores
• Biosíntesis de hialuronano (clave para la piel y las articulaciones)
• Unión de factores de transcripción (que regulan la activación de genes)

También se registraron alteraciones en metabolitos como el glucurónido de ácido desoxicólico, que está ligado a la función hepática, y el retinol/TTHY, asociado con el crecimiento y la diferenciación celular.

¿Una píldora mágica?

No exactamente. Aunque los resultados son prometedores, los propios autores del estudio reconocen que esto no es una fórmula mágica, sino una combinación sinérgica entre estilo de vida y nutrición molecular. Es decir, no basta con tomar suplementos: hay que moverse, relajarse y mantener hábitos saludables.

Pero lo que sí deja claro la investigación es que los suplementos bien diseñados y científicamente evaluados pueden tener efectos reales sobre el envejecimiento, no solo percibido sino medible en los genes.

¿Y ahora qué?

Quedan preguntas abiertas: ¿son estos efectos sostenibles en el tiempo? ¿Qué ocurre más allá de los 12 meses? ¿Cómo influyen factores como el sexo, la genética o las condiciones preexistentes?

Lo cierto es que la frontera entre medicina preventiva, longevidad y tecnología biomolecular se está desdibujando. Y quizás, dentro de poco, hablar de edad cronológica sea tan irrelevante como hablar de un VHS en tiempos de streaming.

Fuente:
SRW Laboratories. (s.f.). Effects of the Cel System nutraceutical range on biological aging markers: A 12-month intervention study. Documento de investigación. https://www.aging-us.com/article/206221/text