La Relación Entre el Sueño y la Enfermedad de Alzheimer: Un Factor de Riesgo Modificable
Un estudio reveló que la falta de sueño profundo y REM está asociada con la atrofia de regiones cerebrales clave en el Alzheimer. Estos hallazgos sugieren que la calidad del sueño podría ser un factor de riesgo modificable, abriendo nuevas posibilidades para la prevención temprana de la enfermedad.

Imagen ilustrativa. Adobe Stock
Un nuevo estudio ha analizado cómo la calidad del sueño a mediana edad podría influir en el desarrollo de características anatómicas propias de la enfermedad de Alzheimer (EA). En particular, se ha encontrado una asociación entre la reducción de ciertas fases del sueño y la atrofia de regiones cerebrales vulnerables a esta enfermedad.
El Sueño y su Vínculo con la Atrofia Cerebral
El estudio, realizado en 270 participantes del Estudio de Riesgo de Ateroesclerosis en las Comunidades, analizó datos de polisomnografía—una prueba que mide la actividad del sueño—y los comparó con imágenes de resonancia magnética obtenidas 13 a 17 años después. Se enfocaron en la proporción de sueño de ondas lentas (SWS) y de sueño REM, así como en el índice de despertares nocturnos, para determinar su relación con el volumen de áreas cerebrales clave.
Los resultados fueron claros:
- Una menor cantidad de sueño de ondas lentas (SWS) se asoció con una disminución del volumen en la región parietal inferior y el cúneo, zonas que suelen verse afectadas en las primeras etapas de la EA.
- Un menor tiempo en sueño REM también se relacionó con la reducción del volumen en la región parietal inferior y el precúneo.
- Por otro lado, el índice de despertares nocturnos no mostró una asociación significativa con la atrofia cerebral.
La Importancia del Sueño Como Factor Modificable
El hallazgo más relevante de la investigación es que la arquitectura del sueño podría ser un factor de riesgo modificable para la enfermedad de Alzheimer. Es decir, mejorar la calidad del sueño en etapas tempranas de la vida podría ayudar a prevenir o retrasar la neurodegeneración asociada a esta enfermedad.
Si bien la deficiencia de sueño no es la única causa del Alzheimer, esta investigación refuerza la idea de que el descanso adecuado juega un papel clave en la salud cerebral a largo plazo. En un contexto donde la EA sigue siendo un desafío sin cura definitiva, abordar el sueño como una estrategia de prevención podría ser una vía prometedora para reducir su impacto en la población.