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House of the Dragon: Un Final que Prioriza las Relaciones Sobre las Batallas

ALERTA SPOILER

«La reina que alguna vez fue», el esperado final de la segunda temporada de «House of the Dragon» de HBO, ha dejado a muchos seguidores reflexionando sobre su enfoque narrativo. Este episodio se distingue por la ausencia de las grandes batallas y muertes impactantes que se esperaban, ofreciendo en su lugar una exploración más profunda de las relaciones y las tensiones internas de los personajes.

Un Desvío de las Expectativas

En sus casi 70 minutos, «La reina que alguna vez fue» no muestra los enfrentamientos directos entre los Verdes y los Negros, las facciones de la familia Targaryen en lucha por el Trono de Hierro. A diferencia del final de la primera temporada, donde Rhaenyra (Emma D’Arcy) pierde a su hijo Lucerys a manos de su medio hermano Aemond (Ewan Mitchell), esta conclusión se centra en los conflictos personales y las tensiones acumuladas.

Adaptación y Ambigüedad

«House of the Dragon» se basa en «Fire & Blood» de George R.R. Martin, una obra completa pero deliberadamente ambigua. A diferencia de la narrativa en tiempo real de «Game of Thrones», «Fire & Blood» presenta múltiples relatos retrospectivos, permitiendo al showrunner Ryan Condal elegir libremente qué versión de la historia contar. Esta ambigüedad ha fomentado la especulación entre los fanáticos, quienes esperan ansiosamente desarrollos significativos.

Limitaciones y Enfoques

El episodio, escrito por Sara Hess y dirigido por Geeta Vasant Patel, quien también dirigió el Episodio 3, se ve afectado por una temporada comprimida de ocho episodios en lugar de diez. No hubo enfrentamiento en Harrenhal, donde Daemon Targaryen (Matt Smith) ha estado formando un ejército, ni se resolvieron las tensiones en Desembarco del Rey, donde Mysaria (Sonoya Mizuno) ha estado incitando la rebelión.

En cambio, el episodio se centra en momentos interpersonales: Daemon aceptando la supremacía de Rhaenyra, Alyn enfrentándose a su padre Corlys (Steven Toussaint) tras años de abandono, y Alicent (Olivia Cooke) renunciando a su falsa superioridad moral.

Una Declaración de Intenciones

Para algunos, «La reina que alguna vez fue» puede parecer anticlimático, especialmente con la espera prolongada para la tercera temporada. Sin embargo, este final subraya que «House of the Dragon» no se define por sus batallas de dragones, sino por las vidas y relaciones que se ven afectadas por ellas. La serie enfatiza el sombrío fatalismo y las consecuencias emocionales de los conflictos.

Reflexiones sobre la Guerra

El episodio también destaca a Ser Criston Cole (Fabien Frankel), quien, tras presenciar la batalla de Rook’s Rest, se vuelve introspectivo sobre la futilidad de la guerra. «Los dragones bailan y los hombres son como polvo bajo sus pies», lamenta, subrayando la insignificancia de los esfuerzos humanos frente a la devastación bélica.

Un Enfoque en la Historia

«House of the Dragon» se vincula profundamente con la historia, recordándonos que los eventos que vemos son meros puntos en un tapiz más amplio. La toma final de Rhaenyra, rodeada de pergaminos históricos, y la visión de Alys Rivers sobre la lucha futura, refuerzan esta perspectiva histórica. Los personajes, aunque futuros nombres en los libros de historia, son el centro de su propia narrativa en el presente.


fuente: https://variety.com/2024/tv/tv-reviews/house-of-the-dragon-season-2-finale-review-1236095100/

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