El fin de Yellowstone: Un homenaje al legado y la tierra

El final de *Yellowstone*, marcado por la salida de Kevin Costner, rindió homenaje a su esencia: la lucha por la tierra y el legado familiar. Entre violencia visceral y poesía vaquera, el cierre mostró que las tradiciones desaparecen, pero la resistencia de los Dutton dejó una marca imborrable en el rancho.

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ALERTA SPOILER

El destino de Yellowstone quedó sellado tras la inesperada salida de Kevin Costner, el actor que dio vida a John Dutton, patriarca y corazón de la serie. Al igual que otras producciones televisivas que vieron partir a su protagonista —The Office sin Steve Carell, The X-Files sin David Duchovny o House of Cards tras Kevin Spacey— la serie enfrentó una inevitable caída, aunque su final logró reivindicar su esencia más profunda.

El ocaso de un ícono y una apuesta fallida

La partida de Costner, impulsada por su deseo de priorizar Horizon, una costosa serie de películas épicas de vaqueros, resultó ser un error estratégico. Mientras Yellowstone continuó atrayendo audiencias envidiables, Horizon fracasó en taquilla y su futuro quedó incierto. Taylor Sheridan, creador de la serie, tuvo que enfrentarse al desafío de cerrar con dignidad una historia que giraba en torno a John Dutton y la lucha ancestral por preservar el rancho Yellowstone.

Los seis últimos episodios de la quinta temporada, aunque irregulares y repletos de digresiones, culminaron en un capítulo final que rescató la esencia del programa: una mezcla perfecta de brutalidad telenovelesca y poesía vaquera contemplativa.

«Life Is a Promise»: Un cierre visceral y emocional

El episodio final mostró a Yellowstone en su máxima expresión. Por un lado, la violencia familiar alcanzó su clímax con la lucha a muerte entre Beth (Kelly Reilly) y Jamie (Wes Bentley). La escena, brutal y catártica, culminó con Beth clavándole un cuchillo en el corazón a su hermano, cerrando un ciclo de resentimientos y traiciones construido a lo largo de años.

Sin embargo, más allá de la sangre y los enfrentamientos, Yellowstone siempre trató sobre la tierra y el legado. La pelea no era solo entre hermanos, sino entre visiones del progreso: mientras Jamie planeaba transformar Montana en un centro turístico, Beth y Kayce (Luke Grimes) sacrificaron la propiedad a favor de la Reserva, una jugada que simbolizó la libertad y un acto de resistencia final contra la industrialización.

El peso del tiempo y la desaparición del viejo Oeste

Las reflexiones de Rip (Cole Hauser) y Walker (Ryan Bingham) a lo largo de la temporada encapsularon el mensaje central del cierre. Rip, junto a la fogata, lamentaba un futuro sin vaqueros, un tiempo en el que las tradiciones del Oeste habrían desaparecido. Walker, por su parte, resumió la verdad inevitable: la tierra te olvidará hasta que desaparezcas.

Estas ideas culminaron en la escena más conmovedora del final, cuando Beth, frente al ataúd de John, susurra: «Ganamos». A pesar de las cicatrices, la pérdida y la inevitabilidad del progreso, la tierra —el rancho Yellowstone— permanece. Los Dutton y su historia desaparecerán con el tiempo, pero su lucha dejó una marca imborrable.

Un adiós digno

El final de Yellowstone fue imperfecto, pero auténtico. Sheridan rindió homenaje a los días de gloria de la serie, equilibrando la violencia épica con la melancolía de un mundo que desaparece. Los vaqueros, las marcas de las cicatrices y los recuerdos de los Dutton se desvanecen, pero el terreno que tanto defendieron —su legado más profundo— seguirá vivo, al menos por un tiempo.

En última instancia, Yellowstone nos recordó que las batallas más grandes no se ganan para siempre, pero el acto de resistir ya es, en sí mismo, una victoria.


fuente: https://variety.com/2024/tv/news/yellowstone-finale-review-kevin-costner-1236250430/

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