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The Washington Post vuelve a sus raíces y decide no apoyar a candidatos presidenciales en las elecciones de EE.UU.

The Washington Post ha decidido no respaldar a ningún candidato en las próximas elecciones presidenciales, retomando su antigua política de imparcialidad editorial. El diario defiende esta postura como un compromiso con la independencia y la objetividad, priorizando que sus lectores formen opiniones propias sin influencias partidistas.

autor foto portada: Daniel X. O’Neil

A menos de dos semanas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, The Washington Post ha sorprendido con una declaración histórica: ha decidido renunciar a respaldar a cualquier candidato, rompiendo con la práctica que adoptó desde 1976. En un comunicado oficial, el periódico anunció su regreso a una tradición más antigua de no apoyar a candidatos presidenciales, afirmando que esta postura se mantendrá también en futuros comicios.

Desde su fundación, el medio mantuvo una posición imparcial, alejándose del respaldo explícito de figuras políticas, salvo en contadas ocasiones. El apoyo al demócrata Jimmy Carter en 1976 marcó un cambio que, hasta la fecha, solo había tenido un precedente con el respaldo al republicano Dwight D. Eisenhower en 1952. Este viraje vuelve a poner en primer plano la postura expuesta en 1960, cuando el diario aclaraba su decisión de no apoyar candidatos a pesar de presentar posturas críticas en sus columnas editoriales.

Un paso hacia la independencia editorial

En su comunicado, The Washington Post enfatiza su compromiso de proporcionar información imparcial y facilitar a los lectores una base sólida para que formen sus propias opiniones. Esta decisión, aunque con el potencial de ser interpretada como una táctica de apoyo implícito hacia un candidato o un rechazo hacia otro, es defendida por el diario como una forma de coherencia con sus valores. La premisa es clara: brindar una cobertura informativa no partidista, que refleje los diferentes puntos de vista sin comprometer la objetividad de su redacción.

La medida también recalca la función de independencia que The Washington Post busca mantener como uno de los medios más influyentes de la capital de EE.UU., un país donde las divisiones políticas suelen polarizar a los medios de comunicación. «Nuestro trabajo es ser independientes. Y esto es lo que somos y seremos», concluye el comunicado, subrayando su vocación de informar y no influir.

Este cambio de enfoque remite al periodismo clásico, en el que los medios de comunicación eran vistos principalmente como informadores imparciales, manteniéndose alejados de cualquier sesgo ideológico explícito.

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