Tensión comercial entre China y EE.UU.: tierras raras y medidas recíprocas en el centro del conflicto

China impone nuevas restricciones a la exportación de tierras raras, golpeando sectores clave de EE.UU. en plena escalada arancelaria. La disputa comercial escala a nivel estratégico, con minerales críticos en el centro del conflicto. Occidente busca alternativas, pero el dominio chino sigue siendo abrumador.

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Imagen ilustrativa. Adobe Express

El conflicto comercial entre China y Estados Unidos suma un nuevo capítulo de alta tensión. Esta vez, el epicentro no está solo en los aranceles, sino en un recurso estratégico: las tierras raras. El gobierno chino no solo anunció aranceles adicionales del 34% a todas las importaciones provenientes de EE.UU. —como respuesta directa a las medidas adoptadas por la administración de Donald Trump— sino que restringió aún más las exportaciones de estos minerales críticos, fundamentales para la industria militar, aeroespacial, tecnológica y electrónica occidental.

China, que produce cerca del 90% de las tierras raras a nivel mundial, controla este mercado mediante un sistema de cuotas. Y aunque existen yacimientos en otros países, su extracción y procesamiento son técnicamente complejos y ambientalmente controvertidos. Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con una única mina operativa, lo que lo deja en una posición vulnerable ante los movimientos de Pekín.

Las nuevas restricciones chinas afectan a siete categorías de tierras raras medias y pesadas, incluyendo elementos como el samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio, todos con aplicaciones clave en sistemas de defensa, energía limpia y dispositivos electrónicos. Además, se incluyen productos terminados como imanes permanentes, cuya sustitución en las cadenas industriales no es inmediata.

Desde el Ministerio de Comercio chino se remarcó que estas medidas no están dirigidas exclusivamente contra EE.UU., sino que alcanzan a todos los socios comerciales. Sin embargo, analistas aseguran que la elección de elementos “fue estratégica”. Mel Sanderson, director de American Rare Earths, afirmó que China “seleccionó los minerales cruciales para la economía estadounidense”, apuntando directamente a las debilidades estructurales del rival.

A su vez, fuentes del sector industrial reconocieron una creciente preocupación entre fabricantes aeroespaciales norteamericanos, quienes dependen casi exclusivamente de proveedores chinos. En este contexto, el analista Jacob Gunter, del Instituto Mercator de Estudios sobre China, sugirió que las medidas de Pekín podrían acelerar en Occidente la búsqueda de cadenas de suministro alternativas, aunque advirtió que estos procesos son lentos y costosos.

«El día de la liberación»

El escenario se caldea aún más con la reciente proclamación del llamado ‘Día de la Liberación’ por parte del expresidente Trump, marco en el cual se anunciaron nuevos aranceles recíprocos. Las tasas sobre productos chinos ascendieron al 54%, contando con un arancel base previo del 20%, lo que terminó de romper cualquier intento diplomático en el corto plazo.

Desde China, la respuesta fue dura: calificaron las medidas estadounidenses como una “práctica de intimidación unilateral” que vulnera las normas internacionales. Y exigieron que Washington retire sus aranceles y busque una resolución equitativa y mutuamente beneficiosa.

El conflicto por las tierras raras no es nuevo, pero esta escalada pone de manifiesto algo crucial: el dominio de China en minerales estratégicos representa un arma geoeconómica de primera línea. Frente a este panorama, las grandes potencias tendrán que decidir si diversifican sus fuentes o si continúan en un juego de tensiones donde, por ahora, Pekín maneja las cartas más pesadas.

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